Desde la técnica más tradicional de sacar los sarmientos fuera de la parcela y quemarlos, hasta las nuevas modas de empacarlos y transformarlos en pelets de biomasa, para su aprovechamiento en calderas, tenemos algunas variantes, como su incorporación al suelo y su aprovechamiento para la mejora del mismo.
Sin datos energéticos, pero con un poco de lógica, no creo que tenga mucho sentido, desde el punto de vista global de emisiones de CO2, transportar, manipular, volver a transportar y quemar en el destino final, además del consumo de sustitución.
Lo explico, si yo extraigo materia orgánica de mi viñedo, necesitaré aportarla de alguna otra fuente, bien de fertilizantes orgánicos, bien químicos, pero vuelvo a tener, transporte, procesado, más transporte, aplicación…
Por tanto si el viñedo está sano y la madera no presenta enfermedades fúngicas, parece que lo más interesante es aprovechar estos restos para su reincorporación al suelo y la mejora del mismo.
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