Estos días en la que las noticias se abren con imágenes de carreteras y ciudades nevadas y con las dificultadas que esto trae en el trajín diario de los ciudadanos, nos olvidamos de la importancia que para el campo tienen tanto las precipitaciones en forma de nieve, como el propio frío.
El tiempo se ha convertido en noticia incluso cuando hace lo que tiene que hacer, es decir frío en invierno y calor en verano, lo contrario es lo preocupante y lo que nos debe inquietar, ya que puede poner en riego muchas actividades económicas.
Hablemos de la nieve, la nieve es la mejor manera de almacenar agua en el invierno, para que esté disponible en primavera y verano, las montañas llenas de nieve, acumulan más cantidad de agua que todos los embalses que tenemos y podamos construir y suponen un flujo contacte de este líquido a lo largo del deshielo.
Este agua acumulada será capital para el sostenimiento de los regadíos a lo largo de las meses de calor y nos permiten el mantenimiento de la actividad de las industrias, ciudades y pueblos.
Pero la nieve directamente caída sobre los viñedos es un mana blanco para nuestras cepas, por varios motivos. El primero es que es agua, agua que se infiltra al suelo y que suma a la hora de aportar en nuestro almacén de agua, del que luego hará uso nuestras plantas de vid. Pero además es un agua que se infiltra poco a poco, conforme se va deshelando y esto hace que no haya escorrentía superficial o esta sea mínima, por lo que es un agua mejor aprovechada.
Otro efecto de la nieve sobre el suelo, es que al permanecer cubriendolo, evita la evaporación directa que tendríamos, en caso de tener un suelo desnudo, por lo que nos evita pérdidas de agua de nuestro almacén. Pero para mi el efecto más importante de las nevadas sobre el viñedo, es el efecto sobre la estructura del suelo. Si cuando nueva bajan las temperaturas y esta se hiela sobre el suelo, cuando las temperaturas subas el espacio ocupado por el agua será menor, y por lo tanto tendremos un suelo esponjoso, el efecto de porosidad es mayor que el de un laboreo, pero sin las consecuencia de la suela de labor. Este efecto genera que las lluvias que acontezcan con posterioridad se infiltren mejor en la tierra y el desarrollo de las raíces de la planta también ser más sencillo y con menor gasto de recursos.
En la siguiente entrada trataremos de ver la importancia del frío en la productividad del viñedo
Buen articulo……maravillosa foto.
Juanma.
Un saludo desde el sur.